Joroba en tu corazón

Hay en tu corazón una joroba

con cejas y con dientes,

con garras y con piel. Una colina

que se asienta en el tejido estriado

y en las tardes no deja de crecer

y atraviesa tu cuello y en la noche

emerge de tu coronilla

para alcanzar un cielo que no existe,

un cielo esquivo

por siempre,

por nunca,

por jamás. 

Los jaguares se tienden majestuosos,

las libélulas muestran

sus sueños tornasoles

y la colina de tu corazón

late en el mío,

y llena de jorobas mi sueño, mi vigilia,

mi caja de rapé,

mi solución heterogénea

formada por agua,

por luz,

por argamasa. 

Anoche

derribé tu colina. Era la madrugada;

abriste tus ojos,

enviaste tu mirada triste hacia mis labios 

y murmuraste que aquello era el final. 

Uno de los jaguares en el cuarto

languideció entre jazmines y violetas,

una libélula cayó de pronto;

la luna se llenó de buitres

y un unicornio negro

atravesando el glorioso mediodía

 se hundió en el sol. 

Hacia media mañana nos amamos

y en el clímax

te disolviste en el aire de la pieza

dejando el hueso martillo de tu oído

en mi ventrículo derecho. 

Han pasado diez años. 

Aún siento la joroba,

aquella que derribara alguna vez,

atravesando el bardo,

las existencias incoloras,

alcanzando días grises

 y días centellantes

que se desplazan como ráfagas

por tus pezones radiantes, luminosos

con forma de dragón.

De OBRA POÉTICA DE GOCHO VERSOLARI - Blog de poemas

GOCHO VERSOLARI