La nada y los monstruos
He visto la nada
arremolinarse en algún punto de tu vientre,
penetrar los caracoles del sol.
También he visto
tus muelles azules, desvelados
tus muelles de carne y de silicio
trepar las nubes del mar y de las sombras.
De pie en una isla diminuta,
combates los monstruos y te aferras
a una mirada, un candil, una saeta
la forma de una nube.
Partirás en la tarde.
Te escoltarán los huevos de los monstruos.
entre barcos, misterios.
horizontes redondos y bellos unicornios
Transatlánticos,
con tu rostro en la proa
cruzarán la noche mientras duermes.
Ahora soplas la estrella final.
y todos los ocasos.
La nada y los monstruos