Cuando en las noches de otoño me siento en la cajuela de mis sueños veo mis vidas rotar, mostrarse,...
Oda a las cósmicas orgías
Cuando decimos anochece,
atardece,
llega el crepúsculo
llega la aurora,
nuestras palabras se cuelan
como gorjeos básicos
aludiendo con tonos doctorales
a cósmicos dramas
de los que no tenemos una lejana idea.
Ajenos a nuestro lenguaje,
a nuestros soplos orgánicos,
los astros ensayan otra vez las danzas
sirviendo con su tiempo colosal
a nuestro tiempo:
pigmeo rotundo lleno de cascabeles,
enano de pecho prominente
que ahueca la voz
para hablar de ciencia, de precisiones y desvelos
mientras los astros que no conocen la razón
blanden orugas y pañuelos,
muchachas dormidas y gigantes,
mandriles asustados y señoras,
tardes adormiladas,
huracanes,
y finalmente
tu llegar descalza en medio de los soles,
tu abrir las compuertas de la luz
mientras trato de despertarte
y te digo que a través de la ventana
la flor de la sakura te susurra melopeas
y el gato del vecino juega frenético
con una bola de neutrinos.
Entonces nos amamos;
invitamos a la pasión
a la ronda gigante de planetas
con su carga de astrolabios y madrinas
y la cósmica danza se transforma en orgía
y los profesores se desvelan
mientras fluimos despeinados,
tibios, orates, idos,
hasta que naufragamos
en la carne del buitre
que no deja de sostener
el sol.
De OBRA POÉTICA DE GOCHO VERSOLARI - Blog de poemas
GOCHO VERSOLARI