Arrebolas,

así como llegas,

a medio vestir, descalza,

con el cabello suelto,

no dejas de arrebolar 

con un furioso gesto, 

con un guiño diminuto,

con una gota de elixir nuboso, 

lúbrico,

 buitral. 

Así como llegas, 

lloviendo sobre el prado que está frente a la casa

cayendo desde el cielo rojo, cada gota

una tú pequeña, diminuta,

formando una multitud y pretendiendo

invadir mis pantalones y mi oruga

mientras no dejas de arrebolar

detenida, exhausta

de tanta vergüenza

ajena, propia, del caballo que te mira desde lejos,

del pájaro que atraviesa los cúmulos,

del árbol que se extiende detrás de las cascadas.

Vuela una mosca, se detiene y luego se abalanza

a la gota del arrebol que cayera

por tu cuello lento, lleno de tiempo, tan lleno

que los minutos son sonidos de trompetas

y conciertos enteros en la brisa...

(Dame tu mano

y arañemos el sol).

De OBRA POÉTICA DE GOCHO VERSOLARI

GOCHO VERSOLARI

Variación sobre tu arrebolar

22/03/2024 2403227415561

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