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VIAJAR EN MITO 08 Nueva realidad y Media Luna

 

 

Explicación 08



II - Algunos aspectos de la nueva realidad




 

Aukanaw,  el Renü mapuche, en su libro "La ciencia secreta de los mapuches" afirma que nosotros, hombres occidentales, sometidos a esta cultura, llena de cosmovisiones que llamamos encadenadas, sólo podemos acceder a la realidad extraordinaria del mundo cuando soñamos. En este punto no estamos de acuerdo; hay otras instancias y dimensiones en las cuales nuestra capacidad de percibir aumenta y se acerca al umbral que separa al mundo corriente de esas dimensiones que completan aquello que llamamos "real". Afirmamos, esa es la tesis de la que partimos, que cualquiera de nosotros puede acceder a la realidad extraordinaria, luego de superar las colosales barreras culturales que nos han impuesto y que siguen actuando sobre nosotros. Sin embargo, sin dejar de ser seres ordinarios, además del sueño hay tres puertas en la cultura (o al margen de ella) que amplían nuestra percepción: el arte, la capacidad adivinatoria y los enteógenos.

 

Arte

 

En cuanto al arte como introducción a la visión mítica que postulamos, reproduciré ciertos trabajos recientes que fueran emitidos en EL CHAMÁN DE ABYA YALA, título del programa radial que se emitiera en el año 2023 los domingos por 33.hf.Stereo.Diginal. emisora de Los ÁngelesEn casi todos los países, existen pueblos originarios, en cuyas culturas está inserta la percepción extraordinaria junto a la percepción ordinaria. Es importante precisar que el título, Chamán de Abya Yalase refiere a todo aquel que, no perteneciendo a estos pueblos originarios, es capaz de desarrollar en sí mismo esta capacidad de acceder a la Visión Mítica; de lograr transformaciones en el mundo cotidiano operando en las dimensiones que, por desconocimiento e incapacidad de acceso, niega la cultura convencional.

Volviendo a Aukanaw, el erudito mapuche también afirma que el estado normal de un hombre de su tierra es la simultaneidad de la percepción ordinaria y la extraordinaria. Es decir, una roca para la percepción común es un objeto sólido de ciertas características. La percepción extraordinaria, puede percibir la vida que tiene esa roca. Si se trata de una machi, es decir de un chamán o chamana mapuche, podrá determinar los vínculos de la vida de ese objeto aparentemente inanimado, y si se trata de un Renü, es decir un chamán de un nivel superior, verá la roca como un vórtice de luz.

Aukanaw afirma que el hombre occidental está encarcelado en la percepción ordinaria. La ciencia afirma basarse en la observación: la evaluación precisa y objetiva de lo que se encuentra en el mundo fuera de nosotros. Esta observación no coincide con la percepción primaria, sino que está condicionada por cosmovisiones que impone la cultura dominante, que han llegado a nosotros en nuestras infancias a través de la educación. Si encontramos un animal desconocido en un desierto y tenemos la capacidad de investigarlo, lo vincularemos antes que nada con cosas que conocemos. Buscaremos su género próximo, su diferencia específica, elaboraremos una hipótesis, recogeremos datos, veremos si cumple las premisas... seguiremos rodeando al objeto de murallas perceptivas que surgen de aquello que “sabemos” y que aparta la percepción del mismo de un abordaje primario, básico, inocente. Damos por sentado que el ser pertenece a una especie animal, que no puede dialogar con nosotros, que no tiene un mensaje que darnos. Estas últimas premisas de la percepción forman parte de lo que el Renü llama la percepción extraordinaria, y nosotros denominamos Visión Mítica.

Además de los sueños, el hombre occidental tiene otras formas de desarrollar la percepción especial. Una de ellas es el arte. No me refiero a lo que hoy en día nos muestran las redes sociales: cantidad de supuestos artistas, es decir gente que se consideran a sí mismos excepcionales escritores por lo que publican en Twitter o geniales fotógrafos porque suben sus trabajos a Instagram. Las desilusiones son asoladoras cuando descubren que escribir una frase o tomar una foto no basta para convertirlos en artistas inmortales. Recientemente una noticia cultural reproducía la pregunta que se le formulara a un famoso novelista turco: ¿Qué haría si hoy a la mañana muriera el último lector en el mundo? La respuesta del escritor fue inmediata: Seguiría escribiendo.

Cuando nos referimos al arte como primer paso para el desarrollo en nosotros, por lo general hijos, nietos o descendientes de inmigrantes, no es la actividad egocéntrica y en muchos casos idiota de la gente que se lanza a las redes, sino un compromiso profundo con el arte que elegimos (o que nos eligió). Hablamos del arte que nace y crece como exigencia interior, que se desarrolla en nosotros, de modo que sentimos la necesidad y la urgencia de pintar ese cuadro, de escribir ese poema, de llevar al papel esa narrativa. Ese instinto artístico urgente, impostergable, es el que permite que la realidad nos muestre sus costuras. Se dice, y es absolutamente real que el artista vive en su mundo; que al crear descubre su universo y elabora una interpretación de la realidad, una cosmovisión que de pronto adquiere vida y se aparta de la percepción ordinaria. El artista es aquel que puede ver lo que la realidad oculta, lo que está más allá (al costado, por debajo o por encima) de la cultura que hemos recibido., Esa misma cultura, considera al artista un adorno, y se encarga de aclarar que sus visiones no son más que expresiones de su subjetividad, que pueden resultar estéticamente válidas pero que a nadie se le ocurra reemplazar con ellas la realidad. Si esto llegara a pasar, empezarían los allanamientos buscando la droga psicodélica, prohibida celosamente en nombre de estos guardianes de la percepción ordinaria, esos guardianes que no paran de reclamarnos el poder con el que hemos nacido.

 

Enteógenos

Cada momento de nuestra vida es una encrucijada en la que podemos ver que la realidad cambia y no prevemos la continuación. Advertimos que el primer camino nos protegía de este aparente caos, de enfrentarnos a un mundo imprevisible, donde solo contábamos con nuestras fuerzas.

Los sueños y el arte son formas de acceder a esta dimensión. En ella el mundo se nos presenta como iluminado por la luz engañosa de la luna, donde debemos encontrar la verdadera naturaleza de las cosas que no es como nos han enseñado.

Otro elemento que encontraremos como entrada a este mundo son los llamados enteógenos, es decir las plantas que producen efectos alterados de conciencia. Apenas las mencionaremos, ya que constituyen un tema de mucha importancia sobre el que será necesario un texto aparte para est ablecer sus relaciones con la Visión Mítica. Baste señalar como planta enteógena, la ayahuasca o yagé que tiene propiedades catárticas en quien la consume. Significa que es capaz de producir en muchos una desintoxicación profunda tanto del cuerpo como del espíritu. En el chamanismo esta planta, así como ciertos tipos de hongos, deben ser administradas en un contexto ritual; no tiene sentido chamánico el occidental que acude a ellas para evadirse del mundo, sino que sólo deben ser consumidas con una guía y en el entorno cultural de los pueblos originarios, la intención debiera ser acceder a esa porción del mundo y de nosotros mismos que está más allá de la barrera que ha levantado la percepción ordinaria.

Adivinación

Pintura, literatura, música y lo que la cultura ordinaria considera en forma un tanto despectiva como artesanías, son formas de educar los sentidos y prepararlos para acceder a la otra percepción. Junto a estas artes se encuentran las adivinatorias, denostadas también por la cultura común o por lo que llamamos cosmovisiones encadenadas; fundamentalmente las contenidas en los enfoques cientificistas, en el racionalismo a ultranza de la ciencia y en la religión.

La adivinación es capacidad para percibir situaciones, acontecimientos, a lo que no se puede acceder por vías sensoriales inmediatas o por vías racionales. En la mayoría de los pueblos originarios esta habilidad la ejerce el chamán. Toda adivinación requiere de un soporte físico: hojas de coca en Bolivia, vuelo de los pájaros; borra de café o el Tarot como parte de un chamanismo propio de la cultura occidental combatido tanto en la actualidad como en diferentes momentos de la historia . Mencionaremos los oráculos: en la antigüedad existían varios y el más famoso era el de Delfos en Grecia. Dentro del templo, una sacerdotisa llamada Pitia (de donde se deriva la palabra pitonisa) intercedía entre el consultante y el dios Apolo: deidad que representaba la armonía, la fuerza de la luz y también de la adivinación. ¿Qué solían preguntar? Pues un poco de todo: asuntos políticos, religiosos, morales. Lo interesante del oráculo de Delfos eran las respuestas: casi nunca eran directas, sino que contenían una frase o un conjunto de sentencias dirigidos a promover la reflexión en el consultante, a que el mismo comprendiera que la realidad tenía aspectos diferentes a los que surgían de su ansiedad y especialmente de sus ansias de poder

La leyenda cuenta que, ante el inquietante avance de Ciro II de Persia, Creso envió un mensajero al Oráculo de Delfos, que le respondió que, si conducía un ejército hacia el Este y cruzaba el río Halis, destruiría un imperio. Creso hizo entonces lo que interpretó del mensaje del oráculo a fin de derrotar a los persas: marchó hacia el Este y cruzó el río Halis. Para ello organizó una alianza con Nabónido de Babilonia, Amosis II de Egipto y la ciudad griega de Esparta. Sin embargo, las fuerzas persas derrotaron a la coalición en Capadocia, en la batalla del río Halis (547 a. C.) y cayó el poderío de los lidios, es decir se derrumbó el gran imperio de Creso como el oráculo había predicho.

Al lector interesado en el camino hacia la Visión Mítica, le recomiendo que adquiera un mazo de Tarot, que lo mantenga en contacto con su cuerpo durante un tiempo y que luego trate de efectuar lecturas sencillas, orientándose acerca del significado de las cartas de acuerdo a lo que obtenga por los libros que disponga. Los contenidos de la mayoría de los textos al respecto son variaciones sobre el significado básico de las cartas que se ha trasmitido desde la aparición en occidente del Tarot de Marsella. De este modo el lector podrá arribar al desarrollo de su propia intuición. Más que la lectura del futuro, las artes adivinatorias deben concentrarse en evaluar el presente. El futuro es una continuación de mi circunstancia actual y nunca es de cumplimiento fatal y necesario. Un porvenir con dificultades puede transformarse en lo contrario de acuerdo a mis acciones, y a la inversa Con el paso del tiempo, en la medida en que se recurra con frecuencia a las artes adivinatorias, nuestra intuición habrá crecido y ya no será necesario para ver la faz oculta de la realidad el soporte material, es decir las cartas, la borra de café o el vuelo de los pájaros.

El literato, músico o pintor que pasa a las artes adivinatorias, eleva el nivel de percepciuón, aunque si se dedica a la profecía, no debe necesariamente abandonar su arte. Podemos afirmar que, al dominar un arte adivinatoria, estaríamos en el umbral de la visión mítica. En estas artes, en su aprendizaje, influye la cosmovisión del individuo o de las comunidades. En las facultades de contenido chamánico hay una maleabilidad casi absoluta para integrarse a cualquier cosmovisión, aún cuando la misma no haya tenido que ver con su origen. La Medicina Tradicional China, con todas sus prácticas - acupuntura, moxibustión y fitoterapia - es comparable a las artes adivinatorias: en 1950 se la adapta en China a la medicina occidental y de allí realizan importantes avances que permiten el acceso a la salud por parte de sectores de la población que durante milenios permanecieran privados de cualquier medio de curación oficial. Los principios de la MTC son tan elásticos, que pueden adaptarse sin problemas a cualquier otro esquema y funcionar en el mismo con eficacia, de allí que haya importantes corrientes de integración con la medicina considerada oficial en occidente. El Tarot y la adivinación, se adaptan sin problemas a la estructura psíquica y a la cosmovisión de quien lo ejerce. Si un lector de Tarot privilegia una carta con una sola de sus interpretaciones, cada vez que consulte un problema dicha carta se adaptará a este significado. La propia Visión mítica cuando adviene en una persona, es decir en un occidental descendiente de inmigrantes, se adhiere a sus características personales, a su biografía y sobretodo a la cosmovisión; al punto en que se encuentra en su búsqueda espiritual.

 

 

Llegada de la Visión Mítica

 

Si se practica un arte, se consume aunque sea una vez plantas enteógenas en un entorno chamánico, si desarrolla un arte adivinatoria, puede ocurrir que una mañana el lector despierte y descubra las prolongaciones del mundo. Sin hacer otra cosa, verá que puede entrar en un estado similar a un sueño lúcido, donde los objetos, las personas muestran su intimidad. El dolor que sufre alguien puede tomar el aspecto de una bola luminosa; un acceso de alegría, se percibirá como una exhalación rosada; actuando en esa dimensión sobre uno y otro, se producirán modificaciones en el mundo cotidiano. Podrá percibirse en modo preciso la vida que tienen las cosas inanimadas, se verán sus manifestaciones y esa experiencia no implicará escapar de la percepción ordinaria sino enriquecerla, complementarla. La persona que acceda no necesitará de rituales ni de drogas para pasar a ese estado, el mismo surgirá espontáneamente como parte de algo que siempre estuvo, a lo que siempre pudimos tener acceso. El poder, cuya recuperación explicábamos en el apartado anterior, es observable y manejable en este grado de realidad; reiteramos: los cambios que hagamos aquí tendrán necesariamente un efecto en la realidad percibida por la percepción ordinaria.

Disponer de la visión mítica implica ejercer una cosmovisión que sea flexible y lo suficientemente amplia como para cambiarla. En esta nueva forma de acceder a las cosas, no hay una forma fatal definitiva, sino que los objetos y las personas inmersos en ese mundo al que pudimos llegar van mostrando cada vez que lo vemos nuevas facetas; el proceso de conocerlos también es algo vivo, algo con lo que podemos interactuar, y nos aportan una comprensión completa de la realidad.

La potencialidad de acceder a esta nueva percepción en nosotros, occidentales, formados en una cultura excluyente, limitante y en última instancia enferma, es real. Para lograrlo, además de incursionar en el arte, los enteógenos y la adivinación, se impone cuestionar todo lo que recibimos: fe, conocimiento, aparentes certezas y finalmente asentarnos firmemente en las raíces de nuestro propio ser.

 

Intervención 07  - Introducción  a la Media Luna

Un capítulo de suma importancia en la Visión Mítica es el estudio de la cantidad de seres que nos constituyen. Nos referimos al tema cuando hablamos de las personalidades y el efecto sinfónico y coral de nuestra conciencia. Ahora describiremos un buen número de realidades paralelas donde actúan otras tantas unidades identitarias, réplicas de nosotros mismos o de las personas que tratamos y a la que llamaremos Luna. La misma se encuentra adyacente al cuerpo y la representamos como una esfera que se divide a su vez en una zona oscura, donde impera el vacío. El resto es un cuarto iluminado, como en el satélite de la tierra, siempre en creciente o menguante. Es esta zona de luz a la que podemos acceder y donde se insertan y desarrollan las personalidades citadas. 

Las versiones de nosotros o de quienes tratemos ubicados en la media luna no están en el pasado ni en el futuro; son entidades simultáneas a nosotros. Cada uno de estos seres medialunáticos ha creado su propio ambiente y vive en él. Siguiendo una progresión, sus primeras manifestaciones, es decir las ubicadas al inicio, son de sufrimiento; por lo general una expresión acrecentada de la dolencia que se presenta en la realidad actual. Este sufrimiento disminuye a medida que se acerca al centro, es decir la fracción de realidad que nos corresponde a nosotros o a la persona que tratamos.  En nuestra postura central, el sufrimiento y el gozo tienden al equilibrio. De este modo hay una tendencia dinámica a avanzar hacia mejores posiciones, donde el placer aumentaría y desde las unidades identitarias que ocupan esos lugares más privilegiados, un volcarse hacia las otras para colaborar en su avance. 

 

Recapitulando: poniéndonos de frente a la figura,   el extremo izquierdo de la media luna es el sitio de mayor sufrimiento. Avanzando a la derecha, hay una progresión a estados de mayor bienestar hasta llegar al centro y luego al extremo opuesto.   En los vértices de la medialuna es donde se produce la transición con el vacío que representa el resto de la esfera.  

 

El mundo intermedio que ocupamos se encuentra en la parte más gruesa de la media luna. Supongamos que recibimos una noticia trágica: retrocederemos de pronto hacia los estados menos avanzados. Por el contrario, un evento jubiloso nos llevará a los sectores más beatíficos.   La tendencia es siempre evitar que nos afecte el vaivén de lo fasto y lo nefasto.  Ambos no se refieren al bien o al mal, sino a algo similar a la distinción entre Eros y Tánatos, que explicara Freud, donde el instinto de muerte cumple un papel que en ocasiones resulta necesario, mientras que la vida tiende a afirmarse y a crecer. En la descripción que hiciéramos de la mente, esta dualidad estaría representada por los tres botones oscuros de la personalidad, cuyas prolongaciones debemos controlar para que no turben el psiquismo. Estos tres principios son necesarios, no se pueden extirpar y acompañan a las otras personalidades que nos constituyen. Si hay un crecimiento desmedido de emociones como temor, ira, fuerte ansiedad, un trozo de la mente se desgaja hacia posiciones anteriores. Cuando se corrige el problema, limpiando la zona, y rellenándola con poder propio del sujeto, este fragmento de realidad puede regresar por sí mismo o quedarse en una posición anterior hasta ser rescatado.  

Una aclaración: extremos derecho e izquierdo tampoco implican una calificación positiva o peyorativo. Se trata de una ubicación espacial que surge de colocarnos de frente a la media luna: a la izquierda quedará el inicio y a la derecha el extremo final. Repetimos: los extremos se refieren a sitios que comunican con espacios fuera de la forma, el vacío que constituye la luna restante y que no podemos ver ni percibir de ninguna forma

Por la dinámica incesante de la media luna, nuestra mente se fragmenta en forma casi constante, recorriendo todos los mundos que la componen. Periódicamente es necesario examinar el área, tomando los trozos esparcidos para integrarlos al cuerpo central. Acompañar la dinámica de la media luna, lograr una adecuación constante en la que se alternen en forma incesante la armonía y la destrucción, el todo y el vacío, la belleza y su destrucción, es el objetivo que procuramos.  

 

La luna como cosmovisión.

Volviendo a la luna y a la media luna: el mundo de la percepción ordinaria, con sus objetos, procesos, seres y diversos elementos, es producto de una cosmovisión tal como la estamos explicando. Los primeros hombres se enfrentaron a una pelea de perros de carácter cósmico. Con el esfuerzo y la colaboración de los elementos, se fue armando el entorno: otros seres, objetos, paisaje... quizá no como los conocemos hoy, sino en planos adosados donde simultáneamente se mostraba la percepción ordinaria y la realidad mítica y todos eran capaces de acceder a esta comprensión. Por un proceso de olvido, de restricción de la realidad, vinculada a una preeminencia de las cuestiones prácticas en las vidas de los seres humanos, fue tomando prioridad la realidad ordinaria. La realidad mítica sólo se obtuvo por las plantas enteógenas, hongos, frutos y otras que ayudaban a comprender los múltiples aspectos del entorno.

Lo mismo ocurrió con los planetas y la luna. Este astro registra una enorme importancia en la visión mítica, por su carácter simbólico, por su participación en la recuperación del poder y las actividades terapéuticas. Podría decirse que la luna, tanto la que pueden acceder las misiones tripuladas como la que se observa desde la tierra y a la que se brinda un nutrido y complejo simbolismo, es una importante cosmovisión: el esfuerzo conjunto humano y de ese elemento poderoso para lograr un esquema que permita su comprensión: un disco luminoso flotando en el cielo. A partir de allí esta cosmovisión fue cambiando en las diferentes culturas, en la medida en que la luna era protagonista de los diferentes mitos. Cabe señalar que las numerosas leyendas que atraviesan la cultura mundial acerca de la luna apuntan a observaciones desde la visión mítica, mientras que los estudios astronómicos de la luna consisten en una ampliación de la visión ordinaria.

Cuando hablamos de la media luna en la que se inscriben las personalidades consideradas como señales de nuestro avance desde y hacia dimensiones fuera de la forma, se observa una de las aplicaciones de la cosmovisión luna, es decir aquella imagen, esa forma, ese esquema visual con que ese elemento vivo y sumamente poderoso que gravitaba en el cielo terminara presentándose a los hombres. La media luna que consideramos aquí es una de sus interpretaciones: la franja semicircular apunta a un completo círculo cuyo mayor porcentaje no podemos percibir. En otras palabras: a esa media luna brillante que se encuentra en las cercanías de nuestro ser mítico, la parte visible corresponde a la cosmovisión, es decir aquella zona que podemos percibir y comprender. La parte oculta que sería hablando en porcentajes el 70 % restante, permanece sumida en la pelea de perros, o en el vacío que no solo no se percibe, sino que no se puede definir en absoluto. La media luna a la que hacemos alusión se encuentra en la parte inferior de la esfera. En su área superior la pelea de perros se interrumpe, ya que podemos percibir otra medialuna que no está iluminada y de la cual se muestra la silueta apenas sugerida. Es una versión opuesta y simétrica de la medialuna inferior, donde se dan los mismos eventos, los mismos personajes pero invertidos.

Cabe señalar que el vacío que queda en el centro, no sólo se produce en la media luna. Toda la visión mítica está atravesada por peleas de perros, es decir por áreas donde la cosmovisión termina y no hay forma de acceder a ellas con los medios convencionales. Y es en ese vacío donde se resuelven las cuestiones básicas de salud y poder para quienes operamos dentro de la visión mítica

 

Los extremos de la media luna

 

En los extremos de la media luna se diluye la forma. Situados frente a ella, conviene recorrerla desde la izquierda a la derecha. En el extremo izquierdo se vislumbra el primer desarrollo sin forma. Cuando nombro la palabra forma me refiero a lahumana. En el primer estadio de la medialuna, la vida toma aspectos de barro hirviente, de un viento extraño o de un líquido amargo. Ot ras veces adopta la forma de semillas extrañas que se plantan para que con el tiempo crezca la forma humana. Cuando esta sobreviene, cuando cualquiera de esas primeras protoformas adopta el perímetro de un cuerpo como el nuestro en la realidad ordinaria, pasa a una segunda etapa.

Hay algunos puntos que debo señalar en esta primera fase. Se trata de seres que no han llegado a la forma, por lo que casi siempre no es posible observarlos ni percibirlos de modo directo, sino a través del entorno que sirve de elemento vital. Me refería al barro hirviente, a un cierto tipo de viento. Estos elementos no son propiamente hablando los seres que pueblan esta primera manifestación de la media luna. Se trata de los entornos que sirven para respirar o para alimentarse. Los seres que habitan en los vértices de la media luna pueden inferirse, deducirse por sus entornos, hasta el punto de ver su ubicación exacta por la huella sutil que van dejando en el medio. En esencia están sumergidos en lo que llamamos más arriba pelea de perros.

En general tenemos acceso antes que nada a esta primera expresión primaria de nuestro ser con estas condiciones. Podemos y debemos modificar todas las situaciones y en cuanto a esta primera aproximación, hay dos alternativas: teóricamente existe la posibilidad de permitir un desarrollo no humano de la primera expresión no formal de nosotros mismos. Existen sustancias, elementos que podrían volcarse para lograr este resultado. De hacerlo, este mundo dejaría en cierto momento de formar parte de la media luna, se desgajaría de la misma y se manifestaría en otro medio.

 

GOCHO VERSOLARI 

 

VIAJAR EN MITO 08 - Nueva realidad y medialuna

 

16/04/2024
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