Saltar al contenido

Azulejos





Que al morir te convirtieras en pájaro
no fue una súbita revelación
ni la inferencia insomne de las noches
que aún cuelgan del crepúsculo;
no fue preciso que tu fantasma
llegara con pies desnudos y silentes
a tirar de mis sábanas.
Lo supe simplemente
al ver volar a un azulejo. Entonces
me instalé en los crepúsculos de los nidos,

cuando la tarde
toca apenas las borlas de sus crestas.


Estabas en esa mirada pajarina,
en ese volar y balancearse
que traen las alboradas
 desde la barrera de las oscuras nubes.


Lo supe simplemente. Tu agonía,
las muecas del dolor junto a tu lecho
se habían expandido hasta el placer
del aire libre y solitario, del fugaz vuelo
flotando acariciante

como un tibio sueño de mi sexo,
fantasma amado,
suave presencia de mis horas
que ahora vuelas y mañana
te arrastrarás en los desiertos y dentro de mil años
volverás a mí bajo un cielo verdoso
donde seremos dos serpientes gigantescas
atravesando las arenas rojas.

Crepúsculo.

Aire.

Sorbos de luna.


Cuatro azulejos,
sostienen las estrellas.

 

De OBRA POÉTICA DE GOCHO VERSOLARI - Blog de poemas



GOCHO VERSOLARI

 

Azulejos

06/04/2024 2404067578508

SAFE CREATIVE