Las tormentas laten en tu empeine derecho
que al llegar la noche
se nubla, se tuerce, se agiganta
y luego se suaviza:
gacela agonizante,
patena de los días.
Las tormentas palpitan en tu tobillo izquierdo
y desde el ápice visitan
los cuatro extremos de los cielos
y las direcciones del espacio braman
en un silencio acuoso
y la tormenta se abalanza con serenidad temible
Entonces
evocamos los fiordos animados del sol
y soñamos con la alegría salvaje
que a veces se desata en el costado de la entraña.
Tus pies emiten rayos hacia el fondo de la tierra
y rompen las vasijas azules
que preparáramos para cazar al Dios.
De EL UNIVERSO SE DESCALZA - Blog de poemas
GOCHO VERSOLARI
Desde tus pies claros se cierne la tormenta
