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La comida deberá esperar

 

 

La comida deberá esperar; quizá

la puedas calentar más tarde

con un par de troncos flexibles,

lo suficientemente secos como para evitar una humareda

 

Ahora la dejaremos en la vieja mesa de roble,

el plato humeante, apetitoso. La ventana

requiere de nuestros brazos. La noche

exige nuestros ojos. El sendero

se enamoró de nuestros pies.

En rocas lejanas,

azules y fluidas

la luna nos pide ser salvada,

rescatada,

besada

mientras bandadas de invisibles buitres

extienden la noche y le susurran

verdosos mantras

sonoros susurros azulados.

 

Pero no te preocupes, tu plato de comida

gravitará en el centro de los vuelos

y habrá sombras de cormoranes

en las auras del cielo

y habrá sabores imprevistos

y las lechugas volarán sobre la tarde

mientras el horizonte adviene

un río tan pequeño

que cabe cien veces en mi uña

y me lo bebo una

y otra

y otra vez

el río, sus duplicados,

sus acuáticos sueños.

 

y volveremos con mi carga de gemidos

cuando la noche de la media vuelta

y las estrellas muestren esos flancos

cargados de canarios

para que el universo gire y gire

soñando con danzas y azulejos. Y volveremos

y la comida seguirá humeante. Y sonreirás

mientras me ves masticar y limpiar con el pan

el plato de peltre que usara tu abuelo

en la campaña al sur.

 

Más tarde iremos a la cama

y sonarán repiques en algún recodo

mientras tu seno izquierdo

se llenará de llantos

se llenará de buitres;

de horizontes barbados

y de sol.

 

De OBRA POÉTICA DE GOCHO VERSOLARI - Blog de poemas

 

GOCHO VERSOLARI

 

La comida deberá esperar
22/04/2024
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