En los días de lluvia se abre una cueva fantasmal en el fondo del jardín y por allí se atisban...
La emisaria de la Ciudad de Pan
Atravesando galápagos sin ojos
llegaste a este punto del silencio
donde el crepúsculo
se derrama a través de la arboleda.
Ahora caminas descalza hacia la noche
con un pez y un par de labios
en la mano derecha.
Rompe la luna el cascarón del cielo
y un ave de rapiña escapa
de su jaula de luz
cuando ensayas tu lustral desnudez
en la orilla del tiempo
En tu planta derecha grabaste un círculo
con un punto brillante. Recuerdo
de la lejana civilización del pan
a la que batieran los aullidos
y las noches heladas
y la muerte como un rey enfermo
en un trono de cemento azul.
Atravesando galápagos sin ojos
te marchas
luego de esta apasionada unión sin cuerpos;
luego del gemido
que aprisionara orugas y danzara tu piel
como un grito del sol.
Que lejano está el mar. Atardece
sobre tus huellas claras
y tus aves azules que se baten
en una brillante retirada.
Arriba,
persisten las estrellas.
De LA CIUDAD DE PAN - Blog de poemas